El año pasado hubo elecciones en mi ciudad. Se decidió a nuestros líderes mediante nuestro voto para elegir Gobernador, Presidente Municipal, Diputados y una serie de puestos públicos que la verdad no me queda muy claro para qué sirven (ya sé que es mi deber ciudadano conocer del tema, pero no es que ellos también se enfoquen mucho en comunicarlo).
Independientemente de la persona, partido o grupo político que salió victorioso, tuve un gran aprendizaje de este ejercicio de democracia injusta (acuño el término por que si una elección la puede llegar a ganar un candidato con el 40% de votantes simpatizantes, de un 40% del padrón electoral – o sea un 16% de la población total – entonces no hay tanta democracia que digamos). Bien, volviendo al tema, detecté al menos tres elementos que vale la pena comentar, con la intención de analizarlos y sacar algo de provecho para usted o su empresa. Aquí vamos entonces:
- Las redes sociales llegaron para quedarse. Pero no todo el mercado cuenta con acceso a las mismas. Hace tiempo escuché a Philip Kotler, gurú del marketing, afirmar que las empresas hacían esfuerzos de comunicación para el 20% de la población mundial que puede pagar por algún satisfactor (pregúntese sobre el 80% restante que no tiene tanta capacidad de compra de forma individual, pero si grupal). Si lo vemos desde el punto de vista meramente electoral, las redes sociales hablan de tendencias, pero no necesariamente ese será el resultado próximo, sobre todo por que hay sectores muy vulnerables que reciben el convencimiento por otros medios (sean éstos lícitos o no). Entonces, concluya usted que dependiendo del segmento de mercado al cual está dirigido su negocio, una red social puede ser un excelente aliado, o en el otro lado del espectro, una herramienta de alto esfuerzo y poco impacto para sus ventas o imagen.
- Las encuestas o sondeos de mercado pueden sesgarse dependiendo del humor del encuestador . Uno de los fenómenos que me encantó de estas elecciones, es que cada candidato o cada partido tenía “sus encuestas”, “sus tendencias” y “sus números”. Eso si, nadie le daba el gane a otros partidos, solamente a ellos. Aquí sucede exactamente lo mismo que en múltiples ejercicios de sondeos de mercado, donde en ocasiones el empresario está tan decidido en introducir una nueva marca, producto o servicio, que hace lo posible por que los números le confirmen que su idea es la mejor. Sabrá a quién preguntar, a qué hora preguntar o inclusive, puede inflar sus cifras. Todo por un resultado positivo. Lo malo de esto, viene cuando el resultado no era el esperado. Entonces, le sugiero que si hace un sondeo o investigación, por el bien de su negocio, no meta la mano en las tendencias o resultados.
- A los mexicanos nos encanta el chisme. Dejé esto para el último, por que refuerza mucho lo negativo que tiene nuestra cultura: Emocional, burlona, desinformada. Les he preguntado a clientes y amigos si conocen las propuestas de los candidatos a Gobernador o Presidente Municipal. Y para mi sorpresa, no las saben o las conocen muy poco. Ah, pero eso sí, saben de trucos, artimañas, experiencias y un montón de supuestos de lo que le “dijo el amigo de un amigo”. ¿Está entonces fallando su estrategia de comunicación?
Con esos tres puntos definidos, ¿podemos aplicar algo de este conocimiento para nuestro negocio? ¿Puede llevar su propuesta de valor más allá de las redes sociales, sobre todo a personas que no tienen acceso a las mismas? ¿Sus sondeos le informan lo que usted quiere escuchar o lo que realmente su mercado piensa y quiere de usted? Y finalmente, ¿Podemos monetizar el chisme (sea verbal o por en cualquier medio) para crear contenido interesante que se posicione en la mente del consumidor? Ahí lo dejo analizando. Yo me pondré a trabajar en ello INMEDIATAMENTE.